lunes, 19 de noviembre de 2018



OTRA VEZ CONSIDERADO DE INTERES PUBLICO (POR MI) PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD (NO SE POR QUIEN).

AUTOBIOGRAFIA CORREGIDA, PLAGIADA Y AMPLIADA

Yo, Aníbal Barreto Monzón, nací en Paraguay, en un pequeño poblado de nombre Karandayty, distrito de Coronel Oviedo, el 23 de julio de 1954. La nacionalidad no se elige; si de mí dependiera hubiera nacido en Inglaterra.

De pequeño la buena salud no me acompaño, todas las enfermedades que circulaban por cerca de  mi casa me tomaba con coraje y devoción. El maldito mal de la década de los cincuenta, la poliomielitis agarre con todo, si bien es cierto no me dejó secuelas físicas ponderables, en cambio no se puede decir lo mismos de las irreversibles secuelas cerebrales que está a la vista de todos, que se puede observar perfectamente con apenas empezar a leer esta biografía corregida plagiada y ampliada.
Desde muy niño me perfile, o ya se me notaba el campo de mí interés, mi inclinación hacia el ocio y la vagancia, que llevo con devoción y empeño hasta hoy día, que por cierto dejó grandes decepciones a mis padres, hermanos y en algunos que otros resentidos círculos culturales.
En una escuelita de morondanga me empujaron hacia los primeros números naturales, pero conté tan mal que me tropecé y me caí. En cambio, en una escuela pública aprendí las primeras letras, pero al aprender las segundas ya me olvidaba de las primeras.
Realicé los estudios primarios y también los secundarios en Coronel Oviedo en el Colegio Nacional Pedro P. Peña, Escuela de Comercio Coronel Florentín Oviedo, Colegio Parroquial  Nuestra Señora del Rosario y a duras penas concluí en el Colegio Manuel Ortiz Guerrero, verán que recorrí todos los centros educativos de la zona y fui progresando en mi educación más por compasión de mis maestros y maestras que por mi dedicación personal.
Inicié mis estudios universitarios en la Universidad Católica de Villarrica. En 1977 abandoné la universidad y el país por persecución política. Al año siguiente (1978) retorné a la patria y a la universidad, soportando una sistemática persecución por mis actividades e ideas políticas.

Publiqué con otros compañeros universitarios revistas y periódicos estudiantiles, que irritaron terriblemente a las autoridades y que me significaron varias “pasantías” en los calabozos de la dictadura. Poco después abandoné definitivamente la universidad al ser expulsado de Coronel Oviedo por la policía política.

Contabilicé varios apresamientos, lo que me permitió conocer las condiciones de crueldad que soportaban los presos políticos. Mi nombre figura en la lista de víctimas de la dictadura en el Museo de la Memoria. Creo que también figuro en el museo de los desmemoriados (no me consta).

Ya en Asunción, haciendo honor a mi ciudad de origen, “Capital del Trabajo”, desempeñé infinidad de ocupaciones y tareas. Siendo dirigente sindical y militante irreductible de la causa, apasionado del ocio y no trabajaba, llevé a cabo la más larga huelga de que se tenga conocimiento en el Paraguay y en el mundo.

Siendo conocido dirigente sindical, de nuevo arremetí con el estudio. Con este nuevo rebusque de estudiar en la universidad intenté de nuevo traspasar la barrera de la ignorancia (en el intento de traspasar, la barrera se me cae por la cabeza, y así fue que me quede definitivamente en este estadio).

Pero aun así, remando contra adversidades durísimas me gradué en “letras” (de la A hasta la G), con el título de Licenciado en Asuntos Varios. Más las ganas de aprender nunca me abandonaron, por lo que seguí un posgrado en “letras”. Estudié y realicé una tesis doctoral basado en una profunda investigación científica sobre la letra H y las B/V, pero hasta hoy día no entiendo porque se usa la H y en qué caso se usan las B/V. Del acento; de la coma; de los dos puntos; y los puntos y comas mejor ni hablar porque ni siquiera investigué.

He participado de cursos y seminarios internacionales de la que no pude aprender ni sacar conclusiones positivas, pues mientras se dictaban las charlas generalmente me pasaba durmiendo en la  sala de conferencia. En cambio durante las charlas que hace propiamente a la literatura y artes en general (que digo que es mi campo), tampoco nadie se tomaba la molestia en despertarme. Subestimaban mi capacidad o concluían simplemente que nada podía aprender despertándome y preferían tenerme dormido. He prestado mis conocimientos a una infinidad de universidades pero ninguno se dignaron en devolverme, por supuesto quede sin él. Comunicador de alma, más me conocían por chismoso que lo otro.
Nunca di clases ni en colegios y mucho menos en universidades por razones obvias. En cambio fui asistente permanente de desconocidas organizaciones nacionales e internacionales que certifican plenamente mi ignorancia, pero aún con esas adversidades fui abriendo camino contra viento y marea.
Por varios años fui consultor internacional, realice relevantes investigaciones científicas sin poder llegar a ninguna conclusión pues todas las ramas que intenté investigar ya fueron investigados por otros  y ya no había nada absolutamente nada que descubrir ni inventar, ya todo fue inventado.
He sido expositor panelista en debates callejeros, más que debates, trifulcas y peleas callejeras que dejaron en mí grandes secuelas, sobre todo imborrables moretones. Incursioné en el teatro, pero el arte de las tablas no me fue muy satisfactorio, porque se me termino el escenario y me caí. Desarrolle una extensa carrera en el arte, pero la perdí toda.

En el campo del periodismo, escribí artículos para revistas y periódicos pero nadie nunca público (escribí al pedo).  En la actualidad soy considerado el escritor paraguayo menos importante y más desconocido de la historia contemporánea.

En el año 1995 puse en práctica mi calidad de graduado en “letras” y publiqué el libro “Democracia a lo Luque”, “Propuesta política de un colorido partido divertido”, una sátira a las proposiciones políticas de los partidos tradicionales (hoy la sátira le salpicó a todos, incluso a los “progresistas y revolucionarios”). En agosto del 2003 publiqué “El doctor, mi candidato”, una novela corta también satírica sobre la realidad política en la función pública. Este libro se llevó al teatro en la Argentina y ganó el primer premio en la Muestra Provincial de Teatro de Formosa. El 13 de agosto del 2009 publiqué otra novela, “La vida en Pedazos”, que relata la vida de un aprovechador aprovechado y que por esas cosas que tuvo la dictadura, entre tantos héroes verdaderos sufrió también las crueldades de la policía política. En cambio este libro no se llevó al teatro, pero sí lo llevé al concurso para el Premio Nacional de Literatura y los miembros del jurado ni sabían de su existencia, ni siquiera leyeron. Se imaginarán el resultado. Pichado con el jurado que se conformó para otorgar el Premio Nacional de Literatura, publique el 23 de noviembre del 2009 un opúsculo, “La Ley no es zoncera”, legislando en forma paralela al parlamento nacional de manera a ayudar a realizar en forma más legal sus fechorías a los futuros miembros del jurado que otorga el mismo galardón. Casi todos estos libros nombrados están agotados, pero más agotado está el autor. 

El 14 de marzo del 2012 presenté un nuevo libro en la ciudad de San José de Costa Rica, LA SANTA POLÍTICA, una novela en donde intenté describir las distintas prácticas políticas de nuestro país y de la región. El 25 de abril de este mismo año publique el libro ME ROBARON LA VIDA ENTERA, una historia novelada que trata en su primera parte con mucha franqueza y con absoluta objetividad las represiones que sufrieron los distintos movimientos populares y revolucionarios que se organizaron para derrocar la dictadura de Alfredo Stroessner en los primeros años de su instalación, así como el proceso de exterminio de los patriotas embarcados en estas patriadas temerarias y románticas que se montaron para evitar su afianzamiento. Relata, además, la crueldad y la saña con que el dictador trataba a sus enemigos políticos, utilizando casi siempre como método represivo el exilio, la tortura y el asesinato cobarde de sus oponentes más connotados. Estaba trabajando en una nueva novela cuando fui sorprendido por el golpe Parlamentario del 22 de junio, que sobrepaso mi imaginación. La realidad fue superior a la fantasías y creo que ningún escritor profesional y mucho menos un novato como yo pueda seguir escribiendo sobre esta región de nombre Macondo y mal llamado Paraguay.

El 21 de mayo del 2015, presente mi último, ultimo, muy último libro, LA DICTADURA, EL EXILIO, EL AMOR Y OTRAS LOCURAS.

Aaaaaaaa, casi casi me olvido de mi último, pero último libro “LA FIESTAS PRIVADAS”, otro libro que no le gusta a los dueños de la cultura y propietarios de los Clubes de Escritores. En “Las fiestas privadas” aparece un imaginario país, Orengania, una nación, decadente, corrupto y violento, un país manejado por una dictadura y su camarilla genuflexa y al mismo tiempo hambrienta, rapaz e inescrupulosa. Un país donde los poderosos son delincuentes más que gobernantes. Donde el hijo del dictador comanda un ejército de homosexuales en un macabro plan de venganza ante una traición amorosa. Todo se inicia con una serie de “fiestas secretas”, donde se citan connotados varones, políticos, militares, diplomáticos y eclesiásticos, para “compartir” momentos de distensión. Pero el poder insaciable, las orgías, las infidelidades y la sed de venganza, arrastran todo hacia trágico destino. Una mezcla de ficción y realidad que genera dolor, impotencia, indignación y deseos de mantener viva la memoria para que no se repitan, hechos narrados en esta obra que varias generaciones la desconocen y otros la van olvidando. ¿Qué tan lejos está Orengania de aquí? En lenguaje de calle, Orengania es un país que nos tiene cara conocida

He dejado la militancia política y la lucha sindical, sobre todo abandoné definitivamente la realización de huelgas pues desde hace años me dedique a ser  vendedor y promotor de equipos de uso médico y en mis ratos ocio escribo (por la pared y con carbón) y legislo para modificar leyes que no me convienen. Hoy estoy jubilado, en realidad me dedico a tiempo, con ahínco, con un gran empeño al ocio y a la vagancia.
                                                                      Eu




































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